CÓMO AYUDAR A LOS NIÑOS QUE ENFRENTAN UN DESASTRES
Los desastres pueden ocurrir repentinamente sin ninguna señal. Pueden obligarnos a dejar atrás nuestra casa, nuestras pertenencias o atraparnos en edificios. Estos eventos pueden confundir a adultos y niños. Los niños responden al entorno y a la reacción de los adultos, reaccionando así a las señales de estrés enviadas por sus padres. Incluso pueden pensar que sus padres están demasiado ocupados resolviendo la situación que no tienen tiempo para escuchar sus miedos, inquietudes y preocupaciones. es muyEs importante identificar las señales de miedo en nuestros hijos para atenderlos correctamente.
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¿Cómo responde un niño ante un desastre?
Los niños están acostumbrados a una rutina diaria: se despiertan, desayunan, van a la escuela, juegan con sus amigos, etc. Cuando un desastre altera su rutina, los niños SÍ se ponen ansiosos, temerosos y angustiados:
RECORDAR
Es importante mostrarle a su hijo que no está solo y que alguien (¡¡ese es USTED!!) está preocupado por su seguridad, sus sentimientos y sus pérdidas en un momento de EMERGENCIA.
Mantenga abierta la comunicación y brinde la oportunidad de que su hijo se sienta útil; permítale ayudar según su edad y capacidades.
Consulta con un profesional sobre problemas de salud si crees que tu hijo es incapaz de resolver sus sentimientos con tu ayuda.
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Si usted está alarmado, su hijo se asustará más porque pensará que el peligro es REAL.
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Si usted se siente abrumado por el sentimiento de pérdida, sus hijos sentirán profundamente el doble que usted.
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HABLA con tu hijo, bríndale información sobre lo que está pasando y sé HONESTO.
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El miedo y la ansiedad de un niño pueden alimentarse de su propia imaginación; Esto es muy cierto si el evento es nuevo y nunca antes se había experimentado (terremoto, tormenta, tsunami, etc.).
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Comunícate de forma sencilla según la edad de tu hijo.
Los niños temen:
El evento volverá a ocurrir.
Alguien morirá o resultará herido.
Serán separados de su familia.
Se quedará solo.
Observe la siguiente conducta:
Comportamiento extraño como: llanto, agresión y rabietas.
Falta de autoestima, provocando así depresión.
Comportamiento regresivo como: chuparse los dedos o mojar la cama.
Problemas físicos como: resfriados, reacciones cutáneas, dolores de cabeza, alergias o síntomas de gripe.
¿Como puedes ayudar?
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Desarrollar un plan familiar de emergencia.
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Enséñele a su hijo a reconocer señales de peligro: alarmas contra incendios, detectores de humo, sonidos de emergencia (sirenas y bocinas).
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Explique CÓMO y CUÁNDO pedir AYUDA.
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Enséñele a su hijo la información personal básica, como apellidos, dirección, número de teléfono y números de teléfono celular, y DÓNDE acudir en caso de una emergencia.
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Si su hijo es pequeño, haga una tarjeta de identificación.
Después del desastre
Intenta calmar la ansiedad del niño.
Mantenga unida a la familia, no la separe.
Mantenga a su hijo informado de lo que está sucediendo y de lo que puede pasar más adelante.
Utilice un lenguaje sencillo acorde a la edad y capacidades de su hijo.